domingo, 18 de marzo de 2018

West Highland Way (IV)


Hembra de ciervo (Cervus elaphus) en Kingshouse.

De Kingshouse a Fort William

Continuación 
La sexta etapa es la más corta, con tan solo 14 km, aunque con alguna dificultad. En la primera parte, la ruta sigue el valle, paralela a la carretera, hasta Altnafeadh. Aquí comienza la subida al punto más alto del recorrido, un collado situado a 550 m, al cual se asciende por el llamado “Devil’s Staircase”, aunque realmente nos parece peor el descenso posterior, con un terreno irregular y piedras sueltas. En estas alturas hay bisbitas pratenses, tarabillas comunes y algunos pardillos piquigualdos, además de ciervos.


Saliendo de Kingshouse, con el Buachaille Etive Mor al fondo.


Subiendo por las "Devil’s Staircase", con el valle "Glen Etive" de fondo.

Grupo de ciervos en las montañas.
Después de una larga bajada, obstaculizada por una competición de motocross que nos hace apartarnos del camino cada poco tiempo, llegamos a Kinlochleven, pueblo situado en la cabecera del lago Leven


Descansando en el collado.


Paisaje hacia el norte, con el "Blackwater Reservoir" al fondo.

Bajada hacia Kinlochleven. Foto: Jesús Soberón.

      Nos alojamos en el “MacDonald Hotel”, en Kinlochmore, que es una continuación del pueblo al otro lado del río. En los alrededores son frecuentes las barnaclas canadienses y las gaviotas canas, y hay tórtolas turcas y cornejas cenicientas, y en los bosques aledaños mosquitero silbador, lúgano y pardillo alpino.

Calle y casas en Kinlochleven.

Terraza del hotel en Kinlochmore, con el lago Leven de fondo.

Comenzando la última etapa.
En la séptima y última etapa, de 24 km, se parte de Kinglochmore, subiendo lentamente por un amplio valle hacia el oeste, en el que vemos aves de páramos como la collalba gris (Oenanthe oenanthe), el mirlo capiblanco, el cuervo grande, y oímos el canto de algunos pardillos piquigualdos.


Kinlochmore y Kinlochleven desde el camino.

Camino atravesando "Lairigmor".



Rana en una zona encharcada.

Collalba gris.

Después de Blar a’Chaorainn, se atraviesa otro valle con muchas plantaciones de coníferas y también muchos pájaros, hasta comenzar el descenso por un gran valle hacia Fort William. Durante la mitad final del trayecto está presente siempre, al este, el pico Ben Nevis, el más alto de Gran Bretaña, que muchos caminantes suben como un último reto.


Cruce de caminos en "Blar a'Chaorainn".



En la última parte, el pico Ben Nevis se ve en todo su esplendor.

Una vez en el fondo del valle, queda un largo tramo hasta llegar al final del WHW, situado en “Gordon Square”, en la zona más occidental de Fort William, una localidad con vocación turística. Aquí vamos llegando, cansados pero satisfechos los que comenzamos el camino una semana antes.


"Andrew's Church", en Fort William.



Nos alojamos en Inverlochy, y a la mañana siguiente observamos algunas aves en el brazo de mar junto al que se sitúa el pueblo. En el puerto hay varios eíderes comunes, un colimbo chico e incluso un arao aliblanco, además de ostreros, gaviotas argénteas y gaviones. La gaviota cana (Larus canus) es frecuente también más al interior, y desde la ventana del hotel espiamos algún nido.


La vuelta en tren hacia Glasgow nos permite ver de nuevo algunos tramos del WHW, y nos da una visión diferente del camino.



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