domingo, 12 de octubre de 2014

Cabo Peñas - Punta de la Vaca

Vista desde la Punta de la Vaca, con el Cabo Peñas al fondo.
           El Paisaje Protegido del Cabo Peñas se estableció en el Decreto 80/1995 de 12 de mayo. Es un espacio de 19,26 km2, y está incluido en la ZEPA Cabo Busto-Luanco. Ocupa la franja costera entre la desembocadura de la ría de Avilés y la Punta de la Vaca.

Tarabilla común (Saxicola rubicola) con el faro de Peñas al fondo.

Campiña en el Cabu Peñes.

Avefrías (Vanellus vanellus), frecuentes en invierno en la campiña.

 En el extremo del cabo, los acantilados cuarcíticos alcanzan los 100 m de altura, constituyendo el borde norte de la rasa costera, que se ve interrumpida solo por pequeños valles. La zona más valiosa botánicamente es el amplio brezal-tojal, con hasta 8 spp de brezos: Daboecia cantabrica, Calluna vulgaris, Erica vagans, E. ciliaris, E. cinerea, E. arborea y E. mackaiana. También hay una depresión con brezal higroturboso, donde se encuentra Erica tetralis. En este hábitat viven el eslizón tridáctilo (Chalcides chalcides), y el lución (Anguis fragilis).

Erica mackaiana en el Cabu Peñes.


Turbera en La Granda de Peñes.

Brezal en el Cabu Peñes.
 La campiña de la comarca, con prados de siega, maizales y abundantes setos y bosquetes, mantiene una comunidad de aves interesante, con nidificantes como la alondra (Alauda arvensis), la lavandera boyera (Motacilla flava), el bisbita arbóreo (Anthus trivialis), el zarcero común (Hippolais polyglotta), la curruca rabilarga (Sylvia undata), el pardillo común (Carduelis cannabina) o el escribano triguero (Emberiza calandra).


Jóven de alondra en la campiña de Peñes.

Bisbita arbóreo.

Pareja de pardillo común.


Campiña con maizales en otoño.
 Durante los pasos de primavera y otoño, muchas aves en migración reposan en esta franja costera, tanto en los prados como en las zonas de setos y matorral, abundantes por ejemplo en Peroño, en las cercanías de la Punta de la Vaca. Debido a su posición avanzada hacia el mar y a su situación geográfica, es un buen lugar para localizar aves escasas o accidentales, y es posiblemente el mejor lugar de Asturias para ello.


Collalba gris groenlandesa (Oenanthe oenanthe leucorhoa) en primavera.

Mosquitero musical (Phylloscopus trochilus) en otoño.

Jóven papamoscas papirrojo (Ficedula parva), una de las rarezas registradas en Peñas.

Escribano nival (Plectrophenax nivalis), de presencia anual en otoño.

En los islotes costeros (La ErbosaLa Gaviera y El Sabín), nidifican cada vez más escasos el paiño común (Hydrobates pelagicus), el cormorán moñudo (Phalacrocorax aristotelis) y la gaviota patiamarilla (Larus michahellis), y esporádicamente el gavión atlántico (Larus marinus).


Isla la Erbosa desde la Granda de Peñes.


Pollo de colirrojo tizón (Phoenicurus ochruros) en la Vaca.


Punta de la Vaca desde el Cabu Peñes.


Punta de la Vaca en noviembre. Foto: Ramón Fdez. Revuelta.
Fumarel común (Chlidonias niger).



       
   Por otro lado, por esta costa pasan cada otoño cientos de miles de aves marinas, que en días de viento fuerte se acercan a tierra. La Punta de la Vaca es, después de la Estaca de Bares, el mejor lugar en España para la observación de estas aves. Algunos días es posible contar varios miles de aves marinas en paso cada hora, de una gran variedad de familias, desde procellariformes a láridos.



Grupo de alcatraces (Morus bassanus) pasando bajo la Vaca.


Pardela cenicienta (Calonectris diomedea).


Halcón peregrino (Falco peregrinus) a la espera de migrantes.
Es fundamental el mantenimiento de las comunidades vegetales naturales, y de los usos tradicionales en la agricultura de la zona, para ayudar a las aves en sus largas migraciones.


Punta de la Vaca.


Halcón peregrino. Foto: Ramón Fdez. Revuelta.

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