domingo, 4 de septiembre de 2016

Monfragüe


La Portilla del Tiétar se sitúa casi en el límite NE del Parque, y es uno de los lugares con más fauna rupícola. Fotos en primavera (arriba) e invierno.

        El Parque Nacional de Monfragüe se sitúa en el NE de la provincia de Cáceres, y en su interior confluyen los ríos Tiétar y Tajo, cuyos valles forman casi todo su territorio. En dichos ríos se construyeron los embalses de Torrejón (en 1966) y de Alcántara (1969), anegando zonas de gran valor ecológico. Ya en los años 50 se había reforestado una parte de esta área con coníferas, y en los 60 se haría con eucaliptos. No obstante, gracias a los esfuerzos del naturalista Jesús Garzón, su deterioro ambiental se frenó al ser declarado Parque Natural en abril de 1979.



      























         El 2 de marzo de 2007, fueron declaradas Parque Nacional  las 18396 ha de su superficie, que junto a las 97764 ha de la Zona Periférica de Protección, forman la ZEPA "Monfragüe y Dehesas del entorno". En la actualidad lo visitan más de 300.000 personas cada año.



      




















          Su nombre proviene del que le daban los romanos a la zona, "Mons Fragorum". Se hace eco en él a su frondosidad, constituida por bosque y matorral mediterráneo bien conservado, circundado por dehesas en las que pasta ganado autóctono.

Vaca berrenda en colorado, en las dehesas del sur del Parque.

Nido ocupado por cigüeña negra en Peña Falcón.


                Además, destacan sus riscos y cantiles, que facilitan la nidificación de numerosas spp de aves rapaces diurnas y nocturnas como buitre leonado (Gyps fulvus), alimoche (Neophron percnopterus), águila perdicera (Hieraaetus fasciatus) y real, halcón peregrino o búho real, y otras aves rupícolas como la cigüeña negra (Ciconia nigra). También abunda el buitre negro (Aegypius monachus), que utiliza los árboles para nidificar, igual que el águila imperial (Aquila adalberti).

Familia de alimoches y milano negro en las inmediaciones del parque.

Foto hecha con digiscoping de un águila perdicera en el interior del Parque.

Cigüeña negra.

Buitre negro.

Águila imperial. Foto: Mayra Morales.
        Abundan también los pájaros de hábitat rocoso y montano, como el roquero solitario, la collalba rubia (Oenanthe hispanica), o la cogujada montesina, y los habitantes de matorral y bosque mediterráneo, como las currucas carrasqueña (Curruca iberiae) y mirlona o el rabilargo (Cyanopica cooki).

Hembra de collalba rubia con ceba.

Macho de curruca carrasqueña.

Rabilargo ibérico.

        Un hábitat tan bien conservado abunda en mamíferos (ciervo, gineta, zorro, murciélago hortelano, etc.), en reptiles (galápago leproso, lagarto ocelado, etc ) y anfibios (gallipato, sapo partero ibérico, etc.).

Zorro (Vulpes vulpes).

Galápago leproso (Mauremys leprosa) en la carretera, cerca de la Portilla del Tiétar.

Águila culebrera (Circaetus gallicus), habitual en el Parque.

      














































          Es un placer dar un paseo por sus sendas en cualquier época del año (ver blog Naturaleza Cantábrica), pues en todas habrá animales y plantas que hagan al caminante pararse y mirar.

En invierno son frecuentes los bandos de paloma zurita (Columba oenas) sobre las dehesas.

También en invierno, las grullas (Grus grus) llenan los cielos de Monfragüe de sonidos y movimiento; bando sobre el valle del Tiétar.

         

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