Aves bañándose (III)

Charranes árticos (Sterna paradisaea) bañándose y acicalándose; Jökulsárlón Glacier Lagoon, Islandia.

            En verano es habitual encontrar aves bañándose, en charcos, arroyos o lagunas. No solo buscan refrescarse, sino también mantener en buen estado su plumaje, algo imprescindible para realizar la mayoría de sus actividades vitales, y para mantener su temperatura y su salud. Con el baño limpian las plumas de impurezas tales como polvo o salitre, o incluso de parásitos.

Eider común (Somateria mollissima borealis); Aústóftavöllur, Islandia.

Ostrero eurasiático (Haematopus ostralegus); Aústóftavöllur, Islandia.

Chorlitejo grande (Charadrius hiaticula); Gardur, Islandia.

Falaropo picofino (Phalaropus lobatus); Isla de Flatey, Islandia.

Charranes árticos bañándose en grupo; Sandgerdi, Islandia.

Halcón peregrino (Falco peregrinus); Marais d'Orx, Landes, Francia.

Golondrinas comunes (Hirundo rustica) bañándose en un pequeño estuario; Serantes, Tapia, Asturias.

Gorriones comunes (Passer domesticus) y estornino negro (Sturnus vulgaris) bañándose en un charco de una pista; Villamil, Tapia.

Pardillo común (Carduelis cannabina); playa de Bañugues, Gozón.

Lavandera blanca (Motacilla alba) y bisbita pratense (Anthus pratensis); Cabo Peñas, Gozón. Foto: Charo Fdez. Montaño.

            En ocasiones, algunas aves también toman baños de sol. Las ventajas de éstos no están muy claras, pero podrían tener que ver con la síntesis de vitaminas en aves jóvenes en crecimiento, o incluso con la limpieza de parásitos según algunos autores. En estos casos, el pájaro esponja el plumaje y adopta posturas extrañas, ladeando la cabeza y abriendo el pico para regular la temperatura corporal, pues en ocasiones lo hacen aunque la sea pleno verano.

Jóven golondrina común tomando un baño de sol; embalse de San Andrés, Gijón.

Ejs jóvenes de golondrina común tomando un baño de sol, a pesar del calor (38 grados C al sol); Saucedilla, Cáceres.