domingo, 6 de mayo de 2018

Córcega (I): Norte y Este


Gaviota patiamarilla volando sobre la Île de la Pietra, en L'Île-Rousse, al NO de Córcega.

Entre los días 20 y 27 de junio de 2017, realizamos un viaje a la isla de Córcega. Es un destino turístico habitual para muchos franceses continentales, debido posiblemente a su clima mediterráneo, que permite disfrutar de sus estupendas playas.


Gaviota patiamarilla sobre L'Île-Rousse, con las montañas centrales de la isla de fondo.

Corneja cenicienta en L'Île-Rousse.


Estornino negro en L'Île-Rousse.

 El paisaje es espectacular, tanto en la montaña central como en la costa, y sus villas mantienen un patrimonio arquitectónico e histórico bien conservado, además de una gastronomía notable. Una pega sí se puede poner a la isla, y es la peligrosa forma de conducir de muchos de sus conductores nativos.


Iglesia de San Michele, en Murato, en el valle del Bevinco; es una construcción románica, de la segunda mitad del s. XII, aunque su campanario fue aumentado en altura en el XIX.


Vista del puerto antiguo de Bastia desde la Rue Saint-Michel, con el Palais des Gouverneurs a la izquierda.
La capital, Bastia, es uno de los lugares donde disfrutar de la arquitectura y la gastronomía. Al atardecer, igual que en otras ciudades y pueblos, grandes cantidades de vencejos comunes (Apus apus) vuelan sobre los tejados y entre las calles.



Vencejos en el cielo de Bastia al anochecer.

Visitamos algunos lugares de interés cultural, entre ellos La Canonica, en Biguglia, donde además comenzamos a ver, nada más salir del aeropuerto, algunas de las aves locales, como el gorrión italiano (Passer italiae), el gorrión molinero (Passer montanus), la corneja cenicienta (Corvus cornix), abejarucos, aviones roqueros, etc.


Macho de gorrión italiano en La Canonica, Biguglia.

Gorrión molinero en La Canonica, Biguglia.


Canal junto al lago de Biguglia.

Lago de Biguglia desde el N.

Los estanques y lagos son frecuentes en la parte oriental, más llana que la occidental. En el Étang de Biguglia vimos algunas aves acuáticas, igual que en los de Diane y d’Urbino, en la comarca de Aléria, famosa por sus viñedos. 


Artes de pesca en el lago de Urbino, en Aléria.

Viñas en el "Domaine de Terra Vecchia", en Aléria.


Comarca de Aléria.
Pollo de corneja cenicienta en la campiña de Aléria.
Aparte de alguna colonia de gaviota patiamarilla (Larus michahellis), también volaban por los estanques algunos charranes comunes, cormoranes moñudos (Phalacrocorax aristotelis) y varios flamencos. En los cultivos y viñedos abundan los paseriformes, especialmente los estorninos negros (Sturnus unicolor), curiosamente la misma especie que en Iberia.


Cormoranes moñudos y gaviotas patiamarillas en el lago de Urbino.



Estorninos negros en los viñedos de Aléria.


L'Île-Rousse y costa desde Île de la Pietra, donde se instala el faro.

Costa al O de L'Île-Rousse.

Una visita a la costa NO, nos permitió disfrutar de sus playas, y de un paseo hasta el faro de L’île-Rousse, donde crían las gaviotas patiamarillas y también algunos vencejos pálidos y cornejas cenicientas; tb vimos varios milanos reales (Milvus milvus), frecuentes por toda la isla.

Cornejas cenicientas en Île de la Pietra.

Milano real sobre la costa NO de Córcega.



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