lunes, 21 de octubre de 2024

Mimetismo (V)

 

Este bulbul orfeo (Pycnonotus jocosus - Red-whiskered Bulbul) parece posarse en un árbol de hojas rojas para difuminarse entre ellas con sus plumas también rojas; naturalmente, es fruto de la casualidad. Ribarroja de Turia, Valencia.

Dedicamos una nueva entrada a la coloración de las aves (principalmente críptica) y de otros seres vivos. En la Naturaleza, pasar desapercibido suele ser garantía de supervivencia, tanto en el papel de presa como en el de depredador, por eso muchos animales imitan el entorno con sus colores y sus formas; se mimetizan con él.

Un macho de lagópodo alpino (Lagopus muta) descansa sobre una piedra cubierta de líquenes y musgo, seguramente confiando en su plumaje críptico que lo hace casi invisible desde lejos. Skaftafell, Islandia.

La garcita de lava (Butorides striata sundevalli - Lava Heron) juvenil muestra un plumaje de tonos marrones, que la ayuda a camuflarse entre la vegetación de los manglares. Mangle Point, Fernandina, Islas Galápagos.

Los adultos de garcita de lava, viven en costas de roca volcánica, de tonos pizarrosos, y en ese hábitat, resultan difíciles de ver, tanto por sus enemigos como por sus posibles presas. Puerto Egas, Santiago, Islas Galápagos.

Este chorlitejo patinegro (Charadrius alexandrinus) imita el color de los terrenos que frecuenta, las playas. Playa de Bañugues, Gozón.

Los correlimos oscuros (Calidris maritima) tienen un plumaje pardo grisáceo oscuro, que los hace pasar desapercibido en las rocas litorales donde invernan, de un tono parecido. El Rinconín, Gijón.

Los pollos de gaviota tijereta (Creagrus furcatus - Swallow-tailed Gull) se camuflan perfectamente entre las rocas volcánicas crecen, al contrario de los adultos, de plumaje muy vistoso. Seymour Norte, Islas Galápagos. Foto: Charo Fdez. Montaño. 

Hembra de pito real ibérico (Picus sharpei) con un plumaje general críptico, que la hace invisible en un prado seco. Miranda, Avilés.

Al darse la vuelta, el mimetismo deviene en un aspecto llamativo, con el obispillo amarillo verdoso y el píleo rojo.

En otros muchos casos, al contrario, se busca destacar y llamar la atención, para lo cual las libreas muestran colores llamativos, bien para interactuar con otros ejemplares de su especie o para otros diversos objetivos. La evolución ha creado diseños extremadamente crípticos, y otros llamativamente vistosos.

Treparriscos (Tichodroma muraria) sobre un acantilado; el tono general de su plumaje lo mimetiza con el entorno que habita, salvo cuando vuela y muestra el carmesí de sus alas. Teverga.

Pollo de colirrojo real (Phoenicurus phoenicurus) recién salido del nido; su plumaje moteado de pardo lo mimetiza no solo con la vegetación, sino también con algunas edificaciones. Miranda, Avilés. Foto: Charo Fdez. Montaño.

El macho de collalba gris (Oenanthe oenanthe libanotica) parece reflejar los colores de las rocas en las que suele posarse en la temporada de cría. Parque Natural de las Ubiñas, Lena.

Las iguanas marinas (Amblyrhynchus cristatus) lucen en su piel el mismo tono grisáceo que las rocas volcánicas donde suelen descansar. Las Tintoreras, Santa Cruz, Islas Galápagos. Foto: Charo Fdez. Montaño.

Las lagartijas de lava (Microlophus albemarlensis) se camuflan en el sustrato donde suelen moverse; en este caso en zonas de matorral pedregosas. Puerto Villamil, Isabela, Islas Galápagos.

Esta pequeña araña (situada en la base de la yema de más a la derecha), imita a la perfección los colores rojizos y verdosos de las yemas de un cerezo (Prunus avium), un sustrato cuyas características durarán muy pocos días.

Las arañas cangrejo cazan al acecho, confiando en su camuflaje, pues suelen imitar los colores de las flores donde se apostan; en este caso parece haberse equivocado de lugar. Miranda, Avilés.

La mayor parte de los saltamontes se camuflan perfectamente en el hábitat donde viven; este ejemplar pasa desapercibido en el suelo terroso de un pinar en Inagua, Gran Canaria.

Además de imágenes relacionadas con lo comentado, hemos buscado otras en las que la casualidad hace coincidir colores de animales con el entorno, siendo éste en ocasiones totalmente humanizado. Estas casualidades suceden a menudo cerca de nuestras casas, y sobre todo, las captamos cuando dedicamos mucho tiempo a la observación del medio.

Esta joven gaviota patiamarilla (Larus michahellis), sin pretenderlo busca el camuflaje perfecto entre losas a las que parece imitar. Avilés.

Un colirrojo real observa su territorio desde el extremo de un tejado, y parece reflejar en sus partes inferiores el color de las tejas. Miranda, Avilés.

Lo mismo le ocurre a un petirrojo (Erithacus rubecula), cuyo pecho intensifica el color rojizo del tejado. Miranda, Avilés.

El macho de camachuelo común (Pyrrhula pyrrhula) tiene las partes inferiores de color rojo rosáceo, parecido a algunos tejados, sobre todo a primera hora de la mañana. Miranda, Avilés.

Este gato doméstico parece adaptarse a los colores de la casa donde vive, ocres y blancos.

Una mariposa posada sobre la etiqueta de una mochila, como si quisiera pasar desapercibida sobre unos colores parecidos a los suyos. Mindo, Ecuador.

En ocasiones la Naturaleza parece querer imitar las formas de las actuaciones humanas, o quizás es al revés, y las formas que la humanidad construye son fruto de la observación del entorno natural. Centro Cultural Internacional Óscar Niemeyer, Avilés.


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