Visitamos la Región de Québec a finales de abril de 2008. Fue una estancia de solo cinco días, en los que anduvimos por la franja entre la capital, Québec, y Montreal, siempre por la orilla norte del río San Lorenzo.
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Plaza del Ayuntamiento en Montreal. |
Montreal. En el área del puerto antiguo se pueden ver gaviotas, y además, vimos un jóven de halcón gerifalte (Falco rusticolus). Sobre el centro vimos algunos auras gallipavos (Cathartes aura).
Otro buen lugar para observar aves es el Jardín Botánico, en el que, a pesar de la lluvia, vimos pico pubescente (Picoides pubescens), mosquero fibí (Sayornis phoebe), junco pizarroso (Junco hyemalis), chingolo cejiblanco (Spizella passerina) en buen número, chingolo coroniblanco (Zonotrichia leucophris) o jilguero yanqui (Carduelis tristis), entre otros. Muy cerca, junto al Estadio Olímpico, se encuentra el Biodome, con espacios diáfanos dedicados a diversos hábitats, donde las aves sobrevuelan a los visitantes; es espectacular la sala dedicada a las costas árticas.
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Carpodacus mexicanus en el centro de la ciudad de Québec. |
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Ciudad vieja de Qúebec. |
Québec. La ciudad vieja se encuentra en la orilla del río San Lorenzo, y merece una pausada visita, pero para ver aves conviene desplazarse hacia el este, a lo largo de la orilla. En esta época se ven miles de ánsares nivales (Anser caerulescens) en las orillas, a la altura de la Ile d’Orléans, además de otras anátidas como los porrones bola (Aythya affinis) y osculado (Bucephala clangula), que viajan también hacia el norte. Entre las pequeñas aves, localizamos un ej de chingolo arbóreo (Passerella arborea).
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Ánsares nivales en la orilla del río San Lorenzo; al fondo Québec (foto: C. Rousseau). |
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Passerella arborea al este de Québec. |
Saint Barthélemy. Las llanuras de esta comarca, al norte del río, se encuentran encharcadas al comienzo de la primavera, tras retirarse la nieve, y en ellas hay abundante alimento para las aves, puesto que en verano son tierras de cultivo.
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Campos inundados en St. Barthélemy (fotos: Chantal Rousseau). |
Aquí se reúnen miles de ánsares nivales y otras anátidas. Vimos muchas barnaclas canadienses (Branta canadensis), algunas de la raza parvipes, y dos ejs de ganso de Ross (Anser rossii), además de muchos ánades rabudos (Anas acuta) y otras especies de acuáticas como ánade sombrío (Anas rubripes), silbón americano (Anas americana), cerceta aliazul (Anas discors), porrón albeola (Bucephala albeola) o chorlitejo culirrojo (Charadrius vociferus). Entre las especies terrestres, localizamos alguna alondra cornuda (Eremophila alpestris) y numerosos chingolos pantaneros (Melospiza georgiana) y chingolos sabaneros (Passerculus sandwichensis). Los mamíferos estaban representados por muchas marmotas y ratas almizcleras (Ondatra zibethicus).
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Branta canadensis en St. Barthélemy. |
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Observando aves en St.Barthélemy. |
Joliette. Nuestra base estuvo en este pueblo, al NE de Montreal, cruzado por el río l’Assomption, que bajaba cargado con el agua del deshielo. En sus alrededores también abundan lugares con típicos paisajes canadienses, incluidos buenos bosques mixtos.
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Árbol trabajado por un picamaderos norteamericano (Dryocopus pileatus), cerca de Joliette. |
Además de las aves acuáticas que pasaban sobre el pueblo, localizamos muchas forestales, incluida una chocha americana (Scolopax minor) volando sobre las copas. También algún busardo aliancho (Buteo platypterus), pico velloso (Picoides villosus), zorzalito colirrufo (Catharus guttatus), agateador americano (Certhia americana), carbonero cabecinegro (Poecile atricapilla) o camachuelo purpúreo (Carpodacus purpureus).
Fue una breve visita, que merece repetirse.
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