sábado, 1 de febrero de 2025

Cuba, marzo de 2024: Cayo Coco II

 

Pelícano pardo. Playa Las Coloradas. 18-3-2024.

Charrán real. Playa Las Coloradas. 15-3-2024.

La llegada a los Jardines de la Reina es a través de una carretera que parte al mar en dos, dejando a ambos lados aguas someras llenas de vida, entre otras cosas, bandos de flamenco rojo (Phoenicopterus ruber – American Flamingo). Gran parte del tiempo que permanecimos en el hotel de playa de Cayo Coco (del 14 al 19), lo dedicamos a recorrer la costa, principalmente las espectaculares playas caribeñas; no obstante, en los jardines y alrededores, con bosque de manglar incluido, también vimos muchas cosas.

Bando de flamencos en aguas someras entre los cayos y la isla principal. 14/3/2024.

Extremo occidental de la Playa de Las Coloradas, desde el hotel Sol Cayo Coco.

Acceso a Playa Larga, al oeste de Las Coloradas.

Pescadores locales en la playa de Las Coloradas.

La primera sorpresa fue la frecuente presencia de una confiada pareja de busardo cubano (Buteogallus gundlandchi – Cuban Black Hawk) en nuestros paseos. También nos visitó varias veces un cernícalo americano (Falco sparverius sparveroides – American Kestrel) y varios auras gallipavos (Cathartes aura - Turkey Vulture).

Busardo cubano en los alrededores del hotel Sol Cayo Coco.

Busardo cubano comunicándose con su pareja.

Cernícalo americano.

Aura gallipavo en los jardines del hotel.

Zanates antillanos en una de las cafeterías del hotel Sol.

En los jardines abundaban los zanates antillanos (Quiscalus niger – Greater Antillean Grackle), que literalmente entraban “hasta la cocina”, y en ocasiones se veían sinsontes norteños (Mimus polyglottos) y alguna pareja de columbina común (Columbina passerina – Common Ground-dove), que nidifica en árboles, a veces a poca altura. Además correteaban por ellos los anolis pardos (Anolis sagrei), pequeñas lagartijas con colores de dragón.

Zanates cubanos. Foto: Charo Fdez. Montaño.

Zanate cubano en una pasarela sobre el manglar.

Columbina común en su nido incubando, junto a una pasarela sobre el manglar.

Macho de anolis pardo en el jardín del hotel Sol Cayo Coco.

Hembra de anolis pardo.

En los manglares y arbustos de las cercanías se refugiaban algunas aves nativas como la esmeralda zunzún (Riccordia riccordi  - Cuban Emerald), y no pocas invernantes del norte como el chupasavia norteño (Sphyrapicus varius – Yellow-bellied Sapsucker), la reinita galana (Setophaga discolor – Prairie Warbler) y la reinita hornera (Seiurus aurocapilla) entre otros.

Esmeralda zunzún en el manglar cercano al hotel.

Reinita galana en un manglar junto a Playa Larga.

Chupasavia norteño en un bosque junto a Playa Larga.

Mariposa en el jardín de un hotel.

En una laguna anexa al hotel buscamos uno de los endemismos caribeños, y tras varios intentos encontramos al grupo residente de suirirí yaguaza (Dendrocygna arbórea – West Indian Whistting-duck), difíciles de ver entre la vegetación perimetral. En ese humedal vimos varias especies de limícolas, alguna garceta tricolor (Egretta tricolor – Tricolored Heron) y varias golondrinas cubanas.

Suirirí yaguaza.

Grupo de suirirí yaguaza en una orilla arbolada.

Garceta tricolor buscando presas.

Agujón (Strongylura sp) en un canal entre el manglar, durante la pleamar. Playa Larga.

Garceta grande (Ardea alba - Great Egret) en playa Las Coloradas.

Pelícano pardo sobre Las Coloradas.

Pero las aves que ocuparon nuestra atención todos los días fueron las marinas, por su número y su poco recelo ante los humanos. Los pelícanos pardos (Pelecanus occidentalis – Brown Pelican) pescaban continuamente frente a los escasos bañistas, haciéndole la competencia a los pescadores humanos, y lo mismo intentaban continuamente los charranes reales americanos (Thalasseus maximus – Royal Tern), reflejando en su plumaje el color verde esmeralda del agua marina.

Pelícano pardo adulto.

Pelícano pardo en un lance de pesca, a pocos metros de los bañistas.

Charrán real sobrevolando la playa.

Charranes reales descansando junto a un correlimos tridáctilo. Playa Las Coloradas.

Este charrán real refleja en sus partes inferiores el color verde del agua de la playa que sobrevuela.

Gaviota guanaguanare en la playa Las Coloradas.

Las gaviotas guanaguanare (Larus atricilla – Laughing Gull) no solo ocupaban las playas, sino que incluso entraban en el hotel, a bañarse descaradamente en la piscina, igual que los zanates. También las encontramos en Playa Pilar, la que dicen es la playa más fotogénica de Cuba, situada en Cayo Guillermo, y en sus alrededores también vimos algunas aves y reptiles.

Gaviotas bañándose en el agua dulce de la piscina de un hotel.

Gaviotas guanaguanare en Playa Pilar, en Cayo Guillermo.

Panorámica de Playa Pilar, desde su lado oriental.

Busardo cubano en la carretera cerca de Playa Pilar.

Lagartija (Leiocephalus macropus) en las dunas tras Playa Pilar, un espacio protegido.

En la playa de Las Coloradas, con zonas fangosas en la bajamar, se concentraban los limícolas y otras aves. Había muchos correlimos tridáctilos (Calidris alba – Sanderling), vuelvepiedras (Arenaria interpres – Turnstone) y chorlitejos semipalmeados (Charadrius semipalmatus – Semipalmated Plover); pero también estaba el que buscábamos, el chorlitejo silbador (Charadrius melodus – Piping Plover). Varios ejemplares invernan en esta zona, incluido uno con una banderola de lectura a distancia, que fue anillado siendo pollo, en 2017 en New Brunswick, en el sureste de Canadá, y que actualmente nidifica cada año en un lugar cercano al de su nacimiento. Una sorpresa final para una estancia inmejorable.

Chorlitejo semipalmeado. Playa Las Coloradas. 15-3-2024.

Chorlitejos silbadores. Playa Las Coloradas.

Chorlitejo silbador.

Chorlitejo silbador con una banderola en su pata izquierda.

Grupo de limícolas compuesto por chorlitejo semipalmeado, correlimos tridáctilo, vuelvepiedras y chorlitejo silbador.



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