domingo, 8 de marzo de 2015

Los Picos de Europa

Macizo del Cornión desde Següenco.

Picos de Europa desde la costa de Gozón.

   Los Picos de Europa constituyen la mayor formación caliza de la Europa Atlántica, con característicos procesos cársticos y simas de enorme longitud, además de valles, circos y lagos de origen glaciar, como los lagos de Covadonga, que son los de mayor superficie. Se divide en tres macizos, separados por los valles que forman los ríos Cares y Duje
 



Lago Enol.

Lago La Ercina.
    El Macizo Central o de los Urrieles es el más abrupto y con mayores alturas; Torre Cerredo, con 2646 m es la máxima cota, seguido de Torre Llambrión (2642), pero también destacan la Peña Vieja (2613), el Pico Tesorero (2570) y el más conocido, el Naranjo de Bulnes o Urriello (2519).

Los Urrieles desde collado El Jito, Vega de Ario.

Pico Urriello desde Collado Vallejo.
Murrallón de Amuesa y Peña Maín desde Las Traviesas.



Majada de La Terenosa.
      El Macizo Occidental o del Cornión también tiene buenas alturas en la Peña Santa de Castilla (2596 m) y la Peña Santa de Enol (2486). Son espectaculares las caídas de hasta 1000 m en vertical, sobre el desfiladero del río Cares, que discurre encajonado a lo largo de 12 km entre Poncebos y Caín.

Pico Cotalva.

Subida a los lagos de Covadonga; Mirador de la Reina.

Caín y Los Urrieles desde el Pico Jultayu; Desfiladero del Cares.
El Macizo Oriental o de Ándara es el de relieve más suave, con una máxima altura de 2444 m en la Morra de Lechugales.

Valle del Duje; Sotres.
      El Parque Nacional ocupa 64660 ha desde su ampliación en 1995, y fué el primero del país, declarado en 22/7/1918, ocupando tres Comunidades Autónomas. Incluye numerosos pueblos, siendo Bulnes el de mayor altitud. La entrada natural desde Asturias es por Cangas de Onís, considerada la capital de los Picos.

Canal de Amuesa; Bulnes en el fondo.

El "Puente Romano" de Cangues d'Onís.

Basílica de Covadonga..
      Las zonas bajas del Parque están ocupadas por bosques variados, de ribera en el fondo de los valles, y en las laderas soleadas de los desfiladeros se desarrollan interesantes bosquetes de encina (Quercus ilex), laurel (Laurus nobilis) y madroño (Arbutus unedo), entre los 50 y los 650 m de altitud.
      Un poco más arriba, los hayedos dominan hasta los 1600 m aproximadamente, altura a la que aparecen los prados subalpinos y una variada flora alpina de plantas rastreras y matorrales, además de roquedos y cortados.

Majada de Amuesa.

Chovas piquirrojas en un prado subalpino.
      La avifauna es variada, con spp típicas de la montaña como el águila real (Aquila chrysaetos), el buitre leonado (Gyps fulvus), el bisbita alpino (Anthus spinoletta), el avión roquero (Ptyonoprogne rupestris) el acentor alpino (Prunella collaris), el treparriscos (Tichodroma muraria), las chovas piquigualda (Pyrrhocorax graculus) y piquirroja (Pyrrhocorax pyrrhocorax) y el gorrión alpino (Montifringilla nivalis).

Ej jóven de águila real.

Buitre leonado.

Acentor alpino.

Gorrión alpino.
      En el bosque hay una gran variedad de aves, destacando en picamaderos negro (Dryocopus martius), y muchos paseriformes como el reyezuelo sencillo (Regulus regulus), el agateador eurasiático (Certhia familiaris) o el trepador azul (Sitta europaea) entre otros.

Trapador azul.
      También abundan los mamíferos, con el rebeco (Rupicapra rupicapra) como el más conspicuo, y muchos otros como el corzo (Capreolus capreolus), el gato montés (Felis sylvestris), el armiño (Mustela erminea), la marta (Martes martes), la nutria (Lutreola lutreola) el topillo nival (Chionomys nivalis) o el desmán ibérico (Galemys pyrenaicus), además de varias spp de murciélagos.

Desmán ibérico; Foto: Pedro García-Rovés.
      La variedad se extiende a anfibios, reptiles, peces y todo tipo de invertebrados (entre ellos una buena colección de lepidópteros), constituyendo una comunidad rica en variedad y valor ecológico.

Rana temporaria.

Vipera seoanei.

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