sábado, 21 de diciembre de 2024

Aves en el jardín (VII)

 

Carboneros comunes (Parus major) en un comedero con cacahuetes colgado de un tendal. Miranda, Avilés. Foto: Charo Fdez. Montaño.

Varios colibríes insignes (Panterpe insignis) libando agua azucarada en un comedero. Paraíso Quetzal Lodge, Cerro de la Muerte, Costa Rica.

La alimentación suplementaria de aves y otros animales en jardines, tanto urbanos como rurales, supone una ayuda para esos seres, sobre todo en invierno, y además un disfrute para los residentes humanos.

Varios carboneros comunes esperan su turno para comer cacahuetes. Miranda, Avilés.

Carbonero común en una postura típica de la especie, sujetando un cacahuete con los dedos para picar. Miranda, Avilés.

Petirrojo (Erithacus rubecula) en un comedero, vigilando que no le roben la comida. Miranda, Avilés.

Hembra de colirrojo tizón (Phoenicurus ochruros) en un comedero invernal generalista. Miranda, Avilés.

Los comederos utilizados pueden ser artesanales o adquiridos en tiendas especializadas, donde además se pueden encontrar muchos tipos de alimento para fauna silvestre.

Dos jóvenes carboneros comunes comiendo cacahuetes.

Carboneros comunes en un comedero para cacahuetes.

Comederos especializados, uno para semillas y otro para cacahuetes, vacíos por ser verano. En la valla se ve a un carbonero común y una hembra de colirrojo real (Phoenicurus phoenicurus).

Comedero con bolas de sebo, muy apreciado por las aves en invierno. Foto: Charo Fdez. Montaño.

Otra fuente de alimentación para la fauna, en cualquier época, es la vegetación del jardín, que puede adecuarse para este fin. Se deberían cultivar plantas que proporcionen semillas o arbustos que den bayas; en todo caso, cuanto más natural sea el parque o jardín, más insectos vivirán en él, y éstos son la fuente de alimento de muchas aves.

Lavandera blanca (Motacilla alba) en un comedero de bolas de sebo, algo inusual. Miranda, Avilés. Foto: Charo Fdez. Montaño.

El gorrión común (Passer domesticus) vive asociado a las construcciones humanas, aunque puede aprovechar recursos alimenticios totalmente naturales. Pero se puede ayudar a su supervivencia con alimentación invernal y facilitando su nidificación.

Pinzón vulgar (Fringilla coelebs) hembra accediendo a un comedero invernal. Miranda, Avilés.

Hembra de pinzón vulgar comiendo semillas en un comedero.

Si además se instala algún recipiente con agua fresca, está asegurada la presencia de numerosas aves, que irán a beber y a bañarse incluso en invierno.

Colirrojo tizón bañándose en un plato con agua colocado para ello. Miranda, Avilés.

Varios gorriones, adultos y jóvenes se bañan en un día de verano. En recipientes profundos conviene colocar rampas por si algún animal cae a su interior.

Gorriones comunes bebiendo y bañándose en un plato con agua.

En cristaleras amplias se deben colocar elementos para que las aves no choquen contra ellas. En este caso, una pegatina de una mariposa hace visible el cristal. 

Aunque lo ideal es que tanto las aves como otros animales (mamíferos, reptiles, insectos, etc), utilicen cavidades naturales o el sustrato vegetal para nidificar o refugiarse, también se les puede ayudar con la colocación de nidales y otras estructuras que puedan aprovechar, pues en los medios humanizados suelen escasear.

Nidales para vencejos comunes (Apus apus) colocados bajo un alero en el que previamente se instalaba una colonia de la especie. Con ellos se evita la depredación por otros animales que acceden por el tejado. Udrión, Oviedo. Foto: Charo Fdez. Montaño.

Nidal para cernícalos colocado en una zona sin árboles ni edificaciones. Villafáfila, Zamora.

Cernícalo vulgar (Falco tinnunculus) en la entrada de un nidal para pequeñas rapaces. Villafáfila, Zamora.

Macho de colirrojo real entrando en un nidal donde lo esperan sus crías. Miranda, Avilés.

La golondrina común (Hirundo rustica) nidificaba primariamente en oquedades naturales, pero en la actualidad lo hace prácticamente en exclusiva en edificaciones humanas, por lo que es importante no molestarlas. Miranda, Avilés.

Con poco trabajo podremos disfrutar de la observación de muchos animales en nuestro entorno, y de paso ayudarlos en su difícil vida.

Lavandera blanca en un jardín; además de alimentarse en prados y aceras, este ejemplar también frecuenta los comederos invernales para aves. Miranda, Avilés.

Cualquier recipiente puede resultar atractivo para las aves de los jardines, siempre que haya comida y tranquilidad. El Valle, Candamo.

Carbonero común en un comedero simple, un cenicero en una ventana.

Carbonero común habituado a comer en la mano. Parque Isabel la Católica, Gijón.

Carbonero garrapinos (Periparus ater). Con paciencia y tranquilidad, las aves que viven a nuestro alrededor pueden llegar a ser muy confiadas.



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