domingo, 13 de noviembre de 2016

Israel Sur (VI): Arad y Masada

Mar Muerto desde Masada.

Acceso a Masada por el Oeste, desde la meseta. Foto: Monchu F. Revuelta.

 La ciudad de Arad se sitúa en una planicie de cierta altura, que se extiende con altibajos hasta la depresión del Mar Muerto. Nos alojamos en ella continuando viaje hacia el norte, y el día 11 de abril, localizamos en sus inmediaciones un par de machos cantores de gorrión chillón pálido (Carpospiza brachydactyla), una collalba núbica (Oenanthe lugens) y varios estorninos de Tristram (Onychognatus tristramii).


Gorrión chillón pálido cerca de Arad.

Estornino de Tristram comiendo restos en un aparcamiento.
Desde la carretera hacia Masada vimos algunas cigüeñas blancas (Ciconia ciconia) sedimentadas, protegidas del fuerte viento. El paisaje, espectacular, era el preludio de las vistas que nos esperaban al llegar a la antigua ciudad de Masada, y del valle que se extiende a sus pies.





Por el Oeste se accede a Masada desde una meseta, y al llegar al borde, se ve la antigua ciudad recortada contra el valle del Mar Muerto.

 En Masada realizamos una visita turística, algo ineludible, para disfrutar tanto del valor histórico y cultural de las ruinas, como de su impresionante emplazamiento.


Panorámica desde Masada hacia el NO, con la rampa de acceso en primer término.

Vista desde Masada hacia el Este, con el Mar Muerto al fondo.

Restos de un palomar de la antigua ciudad de Masada.

Pero también hicimos observaciones ornitológicas en el sitio histórico y los alrededores. Por las cercanías volaban algunos alimoches y busardos de estepa, puede que migrantes, y por las paredes rocosas se veían aviones isabelinos, alguna collalba yebélica  (Oenanthe lugens) y una pareja de cuervo colicorto (Corvus riphidurus)..

Collalba yebélica en el acceso al sitio arqueológico.

Cuervo colicorto.

Vegetación desértica entre las ruinas de Masada.

Terrera sahariana.


Las palomas bravías (Columba livia palaestinae) nidifican en el interior de las construcciones antiguas, y en el exterior apareció una terrera sahariana (Ammomanes deserti isabellina). Por último, en las zonas urbanizadas y con algo de vegetación, eran frecuentes el bulbul árabe y el estornino de Tristram.


Ejs de paloma bravía entre las ruinas.



Las palomas bravías nidifican en el interior de las cisternas donde acumulaban el agua los habitantes de Masada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario