domingo, 23 de diciembre de 2018

Falaropo picofino (Phalaropus lobatus), de la tundra al océano


Hembra de falaropo picofino; Isla de Flatey, Islandia.

        Dentro de la familia Scolopacidae, los falaropos forman un grupo de tres spp con unas costumbres reproductoras singulares, pues son los machos quienes se ocupan de la incubación y de la crianza de los pollos; es por ello, que su plumaje estival es menos vistoso que el de las hembras, que además pueden practicar la poliandría.

Hembra de falaropo picofino; Lago Stakholstjörn, Mývatn, Islandia.

Macho de falaropo picofino; Isla de Flatey, Islandia.


        Otro rasgo peculiar de los falaropos es, que pasan la mayor parte de su vida nadando, por lo que su morfología es algo diferente a otras limícolas; además, sus dedos son lobulados, un rasgo adaptativo para facilitar el desplazamiento en el agua.

 Hofdi, Lago Mývatn, Islandia.
 

Hembras de falaropo picofino; Isla de Flatey, Islandia.

        El falaropo picofino (Phalaropus lobatus) tiene una distribución circumpolar, nidificando en costas de la región del Océano Ártico, en el S de las Islas Aleutianas y en el NO de Gran Bretaña. Nidifica en costas, en tundra arbolada y tundra alpina escandinava, siempre en lagos y lagunas con vegetación ribereña. En Islandia también es frecuente en lagunas volcánicas sin apenas vegetación perimetral.

Lago Stakholstjörn, Mývatn, Islandia.
Lago Mývatn, Islandia.

Isla de Flatey, Islandia.

        El invierno lo pasa en mar abierto, otra excentricidad del grupo frente al resto de las limícolas, en tres áreas principales: en el Pacífico frente a las costas de Sudamérica, en el Mar de Arabia y en un área desde el centro de Indonesia al O de Melanesia. Durante las migraciones, que realiza en muchos tramos sobre tierra firme, utiliza salinas y lagos salados para descansar y alimentarse.


Falaropos picofinos y picogruesos (Phalaropus fulicarius) en vuelo sobre el Océano Pacífico. Foto: Dani López Velasco.

        La poblaciones neárticas invernan en los bordes de la Corriente de Humboldt, frente a Perú y Chile. Migran a través de Canadá y del O de U.S.A., y después sobre el mar. En el Atlántico del NO, migran por Groenlandia e Islandia, pasando además por el Caribe, sin que esté claro el destino invernal de esta porción de población.


Falaropos picofinos y picogruesos en un descanso de su migración sobre el Océano Pacífico. Foto: Dani López Velasco.




        Las poblaciones del E de Siberia invernan al E de la India, cruzando el continente sobre tierra. Por último, las poblaciones del O de Eurasia, que invernan en el Mar de Arabia, vuelan en frente abierto, pero la ruta principal incluye el Mar Caspio y algunos lagos de Kazajistán. Las aves escandinavas recorren entre 5.500 y 7.000 km en cada temporada migratoria, en 2-4 etapas. Paran unos pocos días en el Golfo de Finlandia o el S del Báltico, y permanecen un mes o más en el área del Caspio o el Mar Negro. También es frecuente en salinas de Próximo Oriente.

Falaropos picofinos junto a otras limícolas, en una parada de su migración prenupcial; Salinas al norte de Eilat, Israel.

Salinas al norte de Eilat, Israel.

Isla de Flatey, Islandia.

         En primavera y verano se alimenta principalmente de insectos, tanto en la superficie de lagos como en áreas abiertas de hierba o tundra, aprovechando ese recurso tan abundante en las altas latitudes. Resulta entonces curioso verlos picotear las plantas como cualquier paseriforme terrestre; igual que resulta difícil imaginar que un ave aparentemente tan frágil, pueda realizar unas migraciones tan largas.



Macho comiendo dípteros en un prado; Isla de Flatey, Islandia.

        Durante la migración, en aguas continentales saladas, se alimenta de los pequeños crustáceos que viven en ellas. En las zonas de invernada se alimenta de plancton, igual que sus parientes, los falaropos picogrueso y tricolor.


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