miércoles, 18 de diciembre de 2019

Aves en el jardín (II)



Autillo europeo (Otus scops) incubando en un nido artificial. Villaviciosa, Asturias.


        En una primera entrada, publicada el 16/12/2018, se hacía un esbozo de las diversas maneras de atraer a las aves a nuestros jardines, parques o calles, y de ayudar a su supervivencia.

Nidales para cernícalo primilla (Falco naumanni). Villafáfila, Zamora.

Carbonero común (Parus major) en un comedero de jardín. Miranda, Avilés.

Grupo de gorriones comunes (Passer domesticus) esperando algo de comida. Avilés.

        Se trata de ofrecerles cobijo, por ejemplo, bien para que nidifiquen o incluso para que se protejan del frío durante el invierno, incluyendo además de a las aves, a murciélagos y otros mamíferos, anfibios, reptiles o invertebrados. Para eso están los nidales o cajas nido y los refugios para otros animales.

Nidales para vencejos bajo un alero. Udrión, Oviedo.

Lechuza común (Tyto alba) entrando en un nidal artificial. Udrión, Oviedo. Foto: Manuel A. F. Pajuelo.

Refugio para murciélagos. S'Albufera de Alcudia, Mallorca.

Comedero integrado en un jardín. Udrión, Oviedo.

        Mediante la administración de comida se les puede también ayudar, tanto a pasar la época fría en la que hay menos recursos alimenticios como a sacar adelante a su prole, siempre que se administre adecuadamente. También es importante en verano ofrecerles agua para beber o bañarse, y por supuesto, agradecerán la vegetación natural en nuestro entorno,  que les dará cobijo y alimento.

Comedero sencillo de factura casera.

Carbonero común en un comedero de jardín. Miranda, Avilés.

Comedero para granívoros.

Picogordo ( Coccotraustes coccotraustes) y verderones comunes (Chloris chloris) en un comedero. Udrión, Oviedo.

        Conviene velar también por su seguridad, evitando choques con cristaleras, cables o cuerdas, señalándolas adecuadamente, o la exposición a depredadores. De esta manera, podremos disfrutar de la contemplación de un buen número de spp de aves y otros animales, que además irán perdiendo su recelo a nuestra cercanía. Y además, darán un ambiente más natural a nuestras casas y ciudades.

Serín canario (Serinus canaria) en un comedero. El Portillo, Tenerife.

Pinzón vulgar (Fringilla coelebs) en comedero. Tyndrum, Strathclyde, Escocia.

Jilgueros lúganos (Spinus spinus) en un comedero para semillas. Udrión, Oviedo.

En ocasiones, los límites de confianza son extremos. Arrendajo común (Garrulus glandarius) comiendo en la mano.

Serines canarios en un comedero. El Portillo, Tenerife.

Carbonero común en un comedero para cacahuetes.

Hembra de pinzón vulgar en un comedero. Miranda, Avilés.

Carbonero común comiendo en la mano. Parque Isabel la Católica, Gijón.

Carbonero garrapinos (Periparus ater) comiendo en la mano. Parque Isabel la Católica, Gijón.

Dependiendo de las zonas geográficas, las spp asociadas a medios urbanos pueden variar. El escribano sahariano (Emberiza sahari), es común y muy confiado en el norte de África. Cafetería del Aeropuerto de Marrakech, Marruecos.

En Islandia es habitual que las aves silvestres nidifiquen y se alimenten muy cerca de las habitaciones humanas, pues los jardines son una continuación del campo. Archibebe común (Tringa totanus) en un jardín de la Isla de Flatey.





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