lunes, 1 de septiembre de 2025

Viaje a Cádiz, octubre de 2024 (III)

 

Anochecer desde el mirador de Ronda.

Continución viaje a la costa de  Cádiz del 13 al 23 de octubre.

Aunque las fechas eran un poco tardías, nos acercamos un rato al observatorio de Cazalla (Tarifa), donde aún volaban algunas culebreras europeas (Circaetus gallicus) y calzadas, y no menos de 500 buitres leonados. En la comarca de La Janda también encontramos algunas rapaces y aves acuáticas en las zonas encharcadas.

Vista del Estrecho desde Tráfico, cerca de Tarifa.

Águila culebrera poco antes de cruzar el Estrecho de Gibraltar.

Grupo de cigüeñas blancas y moritos  en arrozales de Benalup, en la Janda.

Grupo de moritos (Plegadis falcinellus) en la Janda.

En La Línea, recorrimos el parque Princesa Sofía el día 16, donde vimos muchos paseriformes retenidos por el viento SO. Destacaban en número los mosquiteros comunes y musicales y los papamoscas grises (Muscicapa striata) y los cerrojillos, aunque también vimos algunas currucas zarceras y mosquiteras, un colirrojo real y un zarcero políglota (Hippolais polyglotta).

Parque Princesa Sofía en La Línea, con el Peñón de Gibraltar al fondo.

Zarcero políglota.

Papamoscas gris.

Bando de aves, posiblemente grullas sobre Vejer de la Frontera.

Algo más al interior, en La Barca de Vejer contemplamos la llegada de los íbises eremitas (Geronticus eremita) al dormidero, situado en el mismo cantil que la colonia de cría, y con ellos muchas palomas bravías (Columba livia) y grajillas (Coloeus monedula).

Ibis eremita en la colonia de La Barca de Vejer.


Íbises eremitas llegando al atardecer al dormidero.

En la campiña sidonense descubrimos un par de águilas imperiales (Aquila adalberti) descansando, y algunas de sus presas, como el conejo, la perdiz roja (Alectoris rufa) y el lagarto ocelado (Timon lepida).

Inmaduro de águila imperial en la campiña de Medina Sidonia.

Inmaduro y adulto de águila imperial; en el primero puede apreciarse un localizador en su espalda.

Tarabilla común (Saxicola rubicola).

Lagarto ocelado en una carretera poco frecuentada.

Palacio Villavicencio, en el Alcázar de Jerez de la Frontera.

Tanto en la ida como en la vuelta del viaje realizamos varias paradas, principalmente urbanas, aunque siempre encontramos algunas pinceladas de naturaleza que adornaban la singularidad arquitectónica. Visitamos Jerez de la Frontera (Cádiz), Ronda (Málaga), donde viven varias decenas de chovas piquirrojas (Pyrrhocorax pyrrhocorax) y Senetil de las Bodegas (Málaga), donde vimos entre otras aves un roquero solitario (Monticola solitarius). 

Ronda desde su Mirador al atardecer.

Veleta en el centro de Ronda, con un estornino negro adornándola.

Grupo de chovas piquirrojas acudiendo al dormidero en el interior de Ronda.

Pareja de chovas piquirrojas. Ronda.

Zona alta de Setenil, con los restos del Castillo y la iglesia de N. S. de la Encarnación.

Roquero solitario en el centro de Setenil.

Por último, dedicamos algo más de tiempo a los edificios en Toledo, aunque también tiene su parte natural.

Suroeste de Toledo desde un edificio cercano al Alcázar.

Rio Tajo en Toledo, desde el Paseo del Barco Pasaje.

Palomas bravías (Columba livia) en los tejados de Toledo

Frutos de encina (Quercus ilex) en un encinar de la provincia de Ávila, ya en el camino de vuelta.






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