sábado, 1 de noviembre de 2025

La India, febrero de 2025 (I): Delhi y Ranthambhore

 

Amanecer en el vuelo de Doha a Delhi.

El pasado febrero realizamos un viaje a La India, con el objetivo principal de ver tigres (Panthera tigris) en el Parque Nacional Ranthambhore, en Rajasthan, aunque también para ver aves en otras zonas cercanas y algunas de las joyas arquitectónicas que conserva el país. El viaje fue organizado por Dani (Ornis Birding Experience), que actuaba como guía del grupo, todos conocidos, y de la organización local se encargó Camilla Malvestiti.

Calle Dariba Kalan, en el barrio Chandni Chowk, en el NE de Delhi.

Ardilla de palma septentrional (Funambulus pennantii), sp muy común en Delhi y en casi toda la India. Lodhi Garden, Delhi.

Volamos los días 2 y 3 de febrero, con escala en Doha (Qatar), y el día 3 lo pasamos en Delhi. Visitamos varios lugares del NE de la ciudad, el Fuerte Rojo, Jawa Masjid y alguna mezquita y mercado de la zona.

Miná común (Acridotheres tristis - Common Myna), una de las aves más comunes en el país.

Shish Gumbed, Lodhi Garden, Delhi.

Bulbul cafre (Pycnonotus cafer - Red-vented Bulbul) en el Lodhi Garden.

Para ir conociendo las aves del país, paseamos por el Lodhi Garden, en Nueva Delhi, donde se ubican varias tumbas monumentales y alguna mezquita. En este parque ya registramos unas pocas especies de aves que veríamos a lo largo del viaje.

Ánade picopinto indio (Anas poecilorhyncha - Indian Spot-billed Duck).

Vinago patigualdo (Treron phoenicopterus - Yellow-footed Green-pigeon), una paloma frecuente en parques y jardines.

Ibis verrugoso (Pseudibis papillosa - Red-naped Ibis). Vimos dos en el parque.

Milano negro (Milvus migrans - Black Kite) de la ssp govinda, el servicio de limpieza del país.

Cuervo indio (Corvus splendens - House Crow).

Turdoide matorralero (Turdoides striata - Jungle Babbler), sp sociable que suele moverse en grupos.

De noche nos reunimos con el resto de los componentes del grupo, y al día siguiente partimos hacia Ranthambhore, el Parque más conocido para la observación de tigres, llegando al mediodía al Hotel Aangan, en las inmediaciones del espacio protegido.

Uno de los diversos carteles que decoran las entradas al parque de Ranthambhore, y algunos langures.

Grupo de nilgos ó nilgais, un antílope frecuente en algunas zonas del parque. Foto: Charo F. Montaño.

Grupo de axis o chitales, entre la neblina del amanecer. Es un cérvido abundante, y una de las presas más frecuentes del tigre.

Esa misma tarde realizamos el primero de los seis safaris de cuatro horas programados, unos desde el amanecer y otros de tarde hasta el anochecer. Nada más entrar en el parque comienzan a verse animales, tanto aves como mamíferos, siendo estos últimos, en su mayoría, presas posibles para los tigres. Abundan los cérvidos como el axis (Axis axis – Chital) y el sambar (Rusa unicolor), y antílopes como el nilgo (Boselaphus tragocamelus – Nilgai), y vimos algunas gacelas indias (Gazella bennetii) e incluso jabalíes (Sus scrofa – Eurasian Wild Pig) .

Macho de axis.

Macho de sambar, otra de las presas habituales de los tigres; su sonido de alarma sirve a menudo para delatar la presencia del carnívoro.

Macho de sambar en la orilla de un lago, un buen posadero para una garcilla india.

Hembra y cría de nilgo.


Gacela india en una planicie del parque.

Jabalí buscando comida.

En varias ocasiones, los meloncillos rojos (Herpestes smithii – Ruddy Mongoose) se cruzaron con nuestros coches, ignorándonos, y también encontramos alguna agrupación de zorros voladores de la India (Pteropus medius – Indian Flying Fox). Pero los mamíferos más frecuentes eran los langures de Jánuman (Semnopithecus entellus – Bengal Sacred Langur), sobre todo en las proximidades de los edificios y carreteras.

Meloncillo rojo patrullando en busca de presas.


Dormidero de zorros voladores, cerca de una de las entradas al parque. Foto: Charo F. Montaño.

Langur descansando al mediodía.

Langur adulto. Foto: Charo Fdez. Montaño.

En los dos primeros safaris no vimos tigres, pero disfrutamos con la observación sosegada de aves y mamíferos, con la ventaja de que en ellos y en el tercero íbamos a estar solos (nuestros dos vehículos) en el parque, cerrado dos días al público.

Templo en ruinas en el que han criado en varias ocasiones los tigres.

Macho joven caminando hacia una ensenada del lago donde pastaban varios sambares.

Con la mirada fija en los ciervos.

Cuando acechan, no dejan de mirar a las posibles presas, aunque encuentren un vehículo casi en su  línea de paso. Foto: Charo Fdez. Montaño.

Finalmente, en la tercera salida, vespertina, los guías localizaron junto a un lago a la hembra más conocida, con sus tres crías de más de un año ya casi emancipadas, dos hembras y un macho. Pronto comenzaron las voces y los nervios de guías y conductores, algo habitual, porque el joven macho se dirigía hacia un grupo de nilgas que pastaban en una orilla.

Grupo de nilgos hacia los que se dirigía el joven macho.


En pleno acecho.

Lo interceptamos antes de llegar a ellos, y disfrutamos con un acecho lento, y aunque no acabó en ataque, si que nos puso tensos, al ver venir al tigre directo a nuestra posición.

Descansando tras descartar el ataque, aunque seguía mirando a las posibles presas. Foto: Charo F. Montaño.

Mostrando su poderío.

Oso bezudo buscando alimento al amanecer. Foto sacada con un teléfono.

Cuando ya volvíamos, comentando la estupenda observación, y casi anocheciendo, vimos un par de osos bezudos (Melursus ursinus – Sloth Bear), que redondearon la jornada. Al día siguiente vimos otro oso en mejores condiciones, temprano, y por la tarde contemplamos a otra familia felina, cerca de un antiguo templo en el que alguna vez ha parido una tigresa.



Oso bezudo campeando en busca de alimento.

Tigre descansando sin prestar atención a los turistas.

Joven tigre acercándose al resto de la familia, para lo cual no duda en pasar entre vehículos de observadores. Foto: Charo F. Montaño.


Joven tigre caminando junto a un vehículo de observadores.

El último día, muy cerca del fuerte de Ramthambhore seguimos un buen rato a un macho veterano, que se ocupaba en marcar su territorio mientras se desplazaba al paso, y que al final nos dirigió una mirada inquisitoria.

Macho adulto caminando por el bosque de Ranthambore, cerca del Fuerte.

Marcando su territorio. Foto: Charo Fdez. Montaño.

Una mirada de despedida.

Con posterioridad, en verano, nos enteramos de que las dos hembras de la familia de tigres que observamos protagonizaron sendos ataques mortales a un guarda y un monje, ambos dentro del parque, además de otro a un niño cerca de un templo realizado por un tigre sin identificar.



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